A stroll through the sky

El viernes cogí en Valladolid el tren hacia Santander, para por fin disfrutar de unas merecidas "vacaciones" y debido a la cantidad de trabajo que tenía que llevarme no pude hacer otra cosa que llevar la maleta, la cartera del portátil y mi pequeñisima carpeta de planos (su tamaño es de 1.20m x 0.8m)...

Pues en el andén una señora que me debió de ver apuradillo me dejó pasar primero para que colocara todo, yo que ya he tenido que ir varias veces en el tren con esta carpeta he tenido que soportar todo tipo de cosas, malas caras, etc.

Pues esta señoruca me hizo reflexionar sobre la amabilidad de la gente en general y sobretodo en Santander, y me refiero a Santander porque esta ciudad tiene una especie de influjo nocivo en ciertas personas, de repente te cruzas con alguien a quien conoces y esa persona en lugar de saludarte, gira la cabeza para otro lado, ya te puede atropellar un coche que no van a llamar a una ambulancia... (si eres un turista eso no pasa, solo es entre santanderinos... Alguien tiene que hacer su doctorado universitario sobre esto.)

Así pues esa señora me hizo reflexionar sobre las veces en que he encontrado algún tipo de comportamiento cívico en Santander, porque malas experiencias tengo a patadas.

Pues solo encontré una buena experiencia que os relataré:

Pues era Navidad, no esta, sino la del año pasado y me tocaba ir a comprar regalos. Siendo Santader como es, y aun más en esa época del año había llovido con ganas pero ya había parado...

Yo más feliz que una perdiz, iba caminando por las empinadas calles de Santander (Santander tiene más cuestas que San Francisco), y yo ,inteligente de mí, me puse unas Puma con una suela del grosor de un folio de papel, total que acabe esmorrandome, caí de culo pero me senté sobre el tobillo, vamos que me hice daño...

En ese momento dos figuras se acercan a mí, por detrás un anciano que estaba seguro que me iba a echar la bronca del siglo (es una manía de la gente mayor de Santander: "como va esta juventud... que mal educados son"). La otra figura es una chica joven que me hizo desconfiar, la gente joven de Santander no se gira para ayudar generalmente, su modus perandi se basa en grabar un video o hacerte fotos pa subirlas a Youtube.

Pues bien mal pensado de mí, o quizás una posesión divina del espíritu navideño a dos santanderinos, que se acercaron me ayudaron a levantarme e incluso se ofrecieron a acompañarme a Urgencias o llamar a una ambulancia, yo que sabía que el dolor se pasaría rápido les agredecí su preocupación, les deseé Feliz Navidad, y me despedí...

Mientras me alejaba reflexionando noté, que aún no se habían movido y que estaban observando como me alejaba medio cojeando y tremendamente extrañado, pues juraría que acababa de presenciar algún tipo de hecho paranormal...

Es una pena que en algunos sitios lo normal sea paranormal!!

Ciao